Francisca Argentina nace del deseo de crear algo propio, algo con sentido. No es un proyecto que apareció de un día para otro; creció en silencio, con historias que me acompañan desde siempre. Soy Stef, y Francisca Argentina es mi manera de poner todo eso en movimiento.

   Mi abuela, Francisca Argentina, vivía en Jujuy y vendía joyas de plata que le enviaba mi papá desde Buenos Aires. Lo hacía con la naturalidad de quien encuentra en lo simple una manera de salir adelante.

   Mi papá, relojero, joyero y anticuario, me transmitió desde pequeña el valor de cada pieza. Para él, cada joya no solo era un objeto, sino un pedazo de historia, un gesto, una vida. Me enseñó a mirar más allá de lo evidente, a ver lo que cada detalle tiene para contar.

   Hoy elijo seguir ese hilo, a mi manera. Selecciono con cuidado, creo con intención. Esta marca es mi forma de decir que el estilo también puede ser memoria, y que la belleza es más fuerte cuando nace del deseo.

  Creo en la belleza que perdura, en las piezas que acompañan, que se eligen y se heredan. Francisca Argentina no es solo una marca: es una forma de habitar lo simple, lo elegante, lo verdadero. Un proyecto que empieza con una selección y sueña con la creación.