Elegir Francisca Argentina también es elegir un modo de estar en el mundo.

 

  En FA creemos que el cuidado empieza por los detalles. Elegimos materiales nobles, no solo por su estética o durabilidad, sino también por su impacto. Desde cada pieza hasta su envoltorio, todo en nuestro universo busca ser parte de algo más grande: una forma de consumo consciente, responsable y bello.

  Por eso, nuestro packaging fue pensado para acompañar la experiencia de recibir una joya con elegancia, sin descuidar el planeta.

 

 ¿Qué puede compostarse?

  • Papel de seda blanco y marrón chocolate: sin impresión, de fibras naturales, suaves al tacto y a la tierra.
  • Bolsa blanca de papel tipo kraft: sin tintas, compostable y reciclable.
  • Bolsa de envío e-commerce: hecha de polímero biobasado y compostable. En ambientes domiciliarios, se degrada por completo en menos de 180 días.

   Importante: retirá los stickers adhesivos (como los que cierran la bolsa o el papel de seda). Aún no son biodegradables, pero pronto los reemplazaremos por opciones compostables.

  ¿Qué puede reutilizarse?

  • Bolsita de tela: de lino y lienzo de algodón, con el monograma FA aplicado en impresión textil. Un detalle que podés conservar y resignificar.
  • Bolsa blanca de papel: además de compostarse, también puede reutilizarse múltiples veces gracias a su resistencia y diseño neutro.

 

   Piezas impresas para atesorar

  Cada tarjeta que acompaña tu experiencia FA fue pensada como un objeto en sí mismo. No son compostables. Sin embargo, fueron pensadas para conservarse: piezas que, lejos de descartarse, se atesoran.

  Por un lado, la tarjeta de agradecimiento: papel ilustración, de textura suave y tonos cálidos. Su mensaje es breve, pero significativo.

  Por otro, una edición limitada de tarjetas personales impresas artesanalmente en Letterpress sobre papel italiano de 450 gramos. El Letterpress —una técnica de impresión tradicional— deja una huella sutil y precisa en el papel. Tacto y visualidad se encuentran en una pieza que bien puede quedarse con vos por mucho tiempo.

  No es solo un gesto de cortesía: es una declaración de estilo, una invitación a detenerse, a valorar lo que se hace con intención y belleza.

 

 Compostar: Un acto mínimo con impacto real.

  Compostar es transformar lo efímero en fértil. Un gesto doméstico que, al repetirse, regenera. Podés hacerlo en compostera propia o comunitaria.

¿Cómo?

  1. Separá lo compostable (papel de seda, bolsa e-commerce, bolsa kraft).
  2. Retirá los adhesivos y tintas no biodegradables.
  3. Sumalo a tu compostera, junto con restos de frutas, yerba, hojas secas.
  4. Revolvé cada tanto, mantenelo aireado.

 

¿Y después?
 En pocas semanas, vas a obtener abono rico en nutrientes. Podés usarlo para macetas, jardines, plantas de interior o espacios verdes de tu barrio. Vuelve a la tierra, en forma de vida. El verdadero lujo silencioso.